Los jardines y los parques son elementos clave para mantener una buena calidad de vida en las ciudades, ya que favorecer el bienestar de las personas.
Esas áreas verdes son claves para mejorar la salud de la población, pues actúan como pulmones que renuevan el aire polucionado, al tiempo que relajan y suponen una evasión necesaria para olvidar el hormigón, constituyendo auténticas burbujas de naturaleza rezuman e insuflan vida.
Por eso, la Organización Mundial de la Salud considera que los espacios verdes urbanos son imprescindibles por los beneficios que aportan en el bienestar físico y emocional.
Cuidados para la correcta conservación de los jardines públicos:
Es necesario realizar diversos cuidados para la correcta conservación de las zonas verdes urbanas:
Hay que abonar las plantas convenientemente para garantizar que evolucionan adecuadamente, el abono favorece el crecimiento de sus raíces, por lo que nunca les debe faltar.
Segar el césped es fundamental para asegurarse de que crece correctamente.
Es conveniente realizar un tratamiento para prevenir cualquier tipo de plaga que pueda dañar las plantas y árboles del jardín.
La poda y eliminación de las malas hierbas es un paso muy importante, ya que así permitiremos que el sol y el aire llegué bien a las plantas.
El riego es imprescindible, éste debe adaptarse a la temperatura y humedad existente, por lo que en verano deberá de ser más frecuente. El césped, por ejemplo, se recomienda que siempre esté húmedo, por lo que hay que regarlo muy a menudo
La limpieza de las zonas verdes:
La limpieza es otra de las labores imprescindibles para un buen mantenimiento de nuestros parques y jardines. Uno de los lastres de nuestra sociedad es la suciedad que generamos en nuestras ciudades, cuando vamos a una zona verde hay que cuidarla y evitar ensuciarla, sin embargo, es habitual ver restos de basura en los jardines públicos, desde papeles, colillas, plásticos hasta residuos orgánicos.
Esta limpieza también incluye las hojas y semillas que hayan podido caer de los árboles.
En verano se multiplica la necesidad de una buena limpieza, ya que el calor puede provocar que restos de basura provoquen malos olores, la proliferación de insectos y ratas e incluso un incendio, por lo que es primordial mantener limpios los jardines públicos.
El sol y las latas temperaturas pueden ser factores muy peligrosos para un jardín público, por lo que es de suma importancia que se sigan estos pasos para asegurarnos su buena conservación y podamos seguir disfrutando de ellos.