Cómo se podan los olivos
El olivo era un árbol simbólico para la cultura judeocristiana. La tradición reconoce al olivo como el árbol de la resurrección, ya que de su tronco viejo y marchitado crecen ramas verdes y jóvenes que renuevan su existencia. A la hora de podar un olivo hay que tener en cuenta varios aspectos.
Las primeras podas
Durante los primeros años de vida del olivo se realizan lo que se conoce como “podas de formación”. Estas podas tienen como objetivo formar el olivo de manera adecuada para que la recolección de la aceituna sea más cómoda. Para lograrlo se marca una guía a una altura de un metro y se limita la poda por debajo de esta marca. Con ello se genera una zona de libre acceso en la que los trabajadores puedan trabajar con comodidad.
Una vez que se logra esta geometría, las siguientes podas estarán destinadas a retirar las ramas enfermas y las que crezcan por debajo de la marca. También se busca aligerar la cantidad de ramas en la parte superior para que el sol alcance todas las partes del árbol.
Las podas de mantenimiento
En esta fase se busca estimular la producción de la aceituna. Además de retirar las ramas enfermas, se buscará que los rayos del sol alcancen la mayor parte de las ramas productivas. Aunque la forma geométrica del olivo está ya definida, es necesario repasar la parte inferior para evitar que crezcan ramas que impidan la adecuada recolección de la aceituna.
La poda del olivo vetusto
Los olivos pueden llegar a vivir alrededor de un siglo. Puede dar frutos durante cientos de años. Para conservar los olivos en perfectas condiciones se deben retirar con frecuencia las ramas deterioradas y controlar siempre la poda de manera que se asegure la entrada de sol hacia la mayor parte del árbol.