Como cualquier ser vivo del planeta, los árboles están sujetos a los cambios climáticos y a las condiciones del medioambiente. Además de eso, las especies vegetales propias de cada sitio del planeta están adaptadas para sobrevivir de acuerdo a las diferentes estaciones.

Por esto, es normal que las plantas y árboles cambien a lo largo del año y de acuerdo a las estaciones: la gran mayoría pasan por un proceso de florecimiento en la primavera, mientras que al llegar los tiempos invernales reducen sus procesos vitales. En general, durante los meses fríos los árboles suelen tener una caída de las hojas que en ocasiones empieza en otoño. Esto último sucede en las plantas llamadas caducifolias, que son las que pierden sus hojas y vuelven a retoñar cuando empieza el calor.

El proceso generalmente empieza con las temperaturas más elevadas: al tener más incidencia de los rayos del sol sobre la tierra y por ende, sobre los árboles y plantas, la fotosíntesis se activa con mayor intensidad. Es que el verano es precisamente eso, esa época en la que la parte de la Tierra sobre la cual vivimos se acerca mucho más al Sol.

En todos los casos, si necesitas de un proceso de poda en tus árboles, puedes contar con nuestros servicios, CONTACTÁNDONOS.

EL VERANO EN LOS ARBOLES

El verano es una época en la que las temperaturas aumentan y en ocasiones se sienten con gran intensidad. Durante este tiempo, se suelen recoger las cosechas y también es el tiempo en el que las plantas y árboles muestran su mayor velocidad de crecimiento.

Sin embargo, no hay que olvidar que las altas temperaturas pueden tener una gran afectación sobre el terreno, así que habrá que mantener árboles y plantas con una adecuada cantidad de riego. Este debe suministrarse antes de que empiece el calor y para que sea más efectivo debe hacerse a tempranas horas de la mañana.

LA PODA EN VERANO

Como hemos dicho, el verano es el momento en que las especies vegetales, árboles, arbustos y plantas están en pleno crecimiento y desarrollo vegetativo. Aunque también señalamos que no es el mejor momento para la poda, puede haber algunos casos en los que sea necesario hacerlo.

Esto podría suceder sobre todo en los árboles que necesitan mantener la forma armónica en el crecimiento de sus ramas. Es decir, que las podas tendrán la función de ayudar a conservar la forma, que puede verse alterada por la gran proliferación de follaje, ramas nuevas o el vigoroso crecimiento que pudiera tener el árbol durante el verano.

Preferiblemente, la poda debería realizarse en los meses de junio y septiembre, evitando julio y agosto. Si necesariamente hay que podar en esos meses, entonces hay que tratar que la poda se realice en las semanas menos cálidas de esos meses.

Igualmente, cuando lleguen las primeras temperaturas bajas que suelen caracterizar el comienzo del otoño, las podas de mantenimiento también deberían suspenderse.

En el caso de los arbustos y las trepadoras, en verano suelen desarrollar una gran cantidad de tallos volubles o desordenados. Estos deberían ser podados para mantener su forma, mientras que si hay ejemplares que se desarrollan ordenadamente, deberían ser dejados sin poda.